martes, 26 de junio de 2007

CUENTACUETOS XVII - EL CAPITÁN PIRATA

Imaginaba que era un pirata cuando jugaba con su espada de madera.......
Salía súbitamente cortando el aire ante la mirada aterrada de su madre que veía peligrar el jarrón de porcelana china regalo de boda de tía Angustias, la lampara de araña y los relucientes cristales del salón. Objetos que ante los ojos de Josete no eran tales, sino un bucanero que asomaba la cabeza ataviado con un pañuelo chino, un ave enorme amenazando el navío y puertas que se abrían y cerraban con corsarios enemigos desafiantes usurpando su propia imagen..
Parche en el ojo, con el florete en la diestra, y gallardete de palo y trapo en la siniestra, encaramado en el sofá recitaba la canción pirata:
La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado,al otro Europa,
y allá a su frente Stambul.
Pero en realidad quien normálmente estaba gimiendo coartado dentro del camarote-armario del capitán era "Garfío" el gato, que totalmente amordazado aguantaba estoicamente las travesuras del niño.
"Majestad, ¿sois vos?"... musitaba entre dientes percatado de la tensión del ambiente.
"Mi señora y Reina sin corona" decía haciendo una reverencia a su madre: "¡Esto no, no es lo que parece!, amainó por fin la tempestad y el enemigo implacable ésta sanguijuela (señalando al gato), revolucionaba al pasaje intentando crear un motín a bordo".
"Capitán ¿por que no meriendas?, pronto llegaremos a buen puerto" le decía su madre , visiblemente molesta por el tono. Mientras, reparaba el entuerto como otras tantas veces quitándole hierro al asunto y dándole encima pan y chocolate.
¡Que iba a hacer la pobre mujer!. Sabía que tocaba día de piratas en la imaginación.
Hasta incluso le hacía gracia, aunque reconocía que era más cómodo cuando la película imaginativa tocaba de vaqueros. Una autentica bendición en la que permanecía sentado un buen rato en su silla dada la vuelta al estilo mustang salvaje, disparando con sus pistolas de petardos.
Josete era un niño "especial" que tenía mucha energía y de todo lo imaginable imaginario:
Una moto, cuando la cogía, se transportaba "ipso-facto" al circuito. Mientras arrancaba o entre estruendos, la familia comenzaba a temblar. Significaba que estaría por lo menos 15 o 20 minutos como un cohete por toda la casa entre acelerones, caballitos, derrapes, etc., acompañado de aquél molesto ¡BRRRRRRRRRR MMMMMMM! tipo Ángel Nieto.
Un caballo, bueno ¿por qué conformarse con uno?. El caso es que tenía varios diseminados por toda la casa, con los peligros continuos que eso conllevaba:
Su padre se cortó varias veces al afeitarse, cuando le daba unos sustos de muerte recién levantado al gritarle:
¡NO ABRAS EL GRIFO, QUE ESTÁ BEBIENDO.....LLUVIA
ó...¡NO, NO TE METAS EN LA BAÑERA, ESTÁN FLECHA Y ALAZÁN!.
El hombre con cara de circunstancias como ya le conocía, miraba el reloj y continuaba a lo suyo resignado. Dentro de lo malo, aquello era mejor que cuando le asaltaba sin previo aviso en la siesta o recibía algún que otro golpe bajo durante los abordajes "en broma", entre filibusteros y gobernadores de los que solía salir mal parado y dolorido generálmente.
Incluso su madre derramó la leche del desayuno varias mañanas ante el grito de: "¡Que pisas a Negrito!. La mujer sobresaltada le preguntaba, ¿pero donde está?," ahí, justo detrás de tí", ella resoplaba y decía...cosas de niños, algún día se le pasará, con esa paciencia infinita, que sólo una madre parece tener. Entre tanto Josete seguía con sus travesuras:
20.ooo leguas de viaje submarino en el baño se convirtió en una mezcla de entre las cataratas del Niágara y un aguacero de abril por toda la casa, incluso supuso tener que pintar todo el techo sub-acuático de la vecina, con la pobre Majestad pidiendo disculpas y echándole encima la culpa a la lavadora.
Siempre quiso un perro y como no se lo compraban, optó por llenar ese vacío existencial de alguna manera...jugando a perritos. Decidió que él era un perro imaginario tan tan real, que tuvieron que prohibirle terminantemente jugar a perros, incluso darle alguna colleja. Contagió a sus hermanos y primos de tal manera con su rabiosa imaginación que cuando se juntaban en alguna reunión familiar parecían una jauría insoportable en plena cacería, había niños ladrando por todas partes...hasta que un día el abuelo con cara muy seria dijo que todo tenía un límite y que si no se acababa la fiebre canina llamaría a la protectora de animales, o aún peor a la Perrera Municipal para que se los llevaran a todos. Aquello fue bastante contundente y por suerte se terminó ese juego.
Cuando le dio por los super-héroes, Josete estaba totalmente convencido de que podía volar como Superman y aunque le cazaron varias veces al vuelo intentando que razonara, finalmente fueron varias contusiones, una pierna rota y la nariz partida lo que le demostraron que no tenía tales poderes. También se hizo aficionado a arrojar cualquier objeto por las ventanas, cuando pensó que quizá un día sería lanzador de jabalina. Ésto les tenía ciertamente preocupados por miedo a indemnizaciones vecinales por escalabro. Aunque el caso es que ya tenía hasta "fans"..... a veces parecía la tómbola benéfica del barrio cayendo todo tipo de juguetes que algunos recogían presurosos, incluso dando la impresión de irse complacidos y contentos.
Pero la cosa no se acababa ahí. Cuando llegaba la noche... Majestad debía continuar vigilante escuchando el repetitivo "TIC-TAC" del reloj atenta a los pasos del niño que en cualquier momento se erigía en la cama y con expresión facial ausente continuaba los asaltos comenzados durante el día por toda la casa, debiendo de estar ella pendiente para que no se lastimara con los muebles, aunque él a la mañana siguiente no recordaba el contenido del sueño, absolutamente nada... nada de nada.
"¡De autentico terror, es un demonio, no para..!"
"Yo si fuera mi hijo yo le daría un par de cachetes", le decía la gente.
"Si yo si fuera su hijo, se los habría dado hace ya tiempo", les contestaba irónica su madre aguantando trastada, tras trastada amorosamente y pensando que ojalá no perdiera nunca jamás la fantasía ni la imaginación desbordante, mientras miraba su carita de ángel que soñaba con piratas como otros tantos niños...
Pasaron los años... Y desde luego cumplió con creces las perspectivas, no perdió ni un ápice de fantasía ni imaginación.
Siguió, siguió... y... sigue soñando con piratas y corsos, como cuando jugaba con su espada de madera......
Cada...digamos "X", de repente un salto en mitad de la noche zigzagueando el aire sobre la cama con los ojos como platos armado de su inseparable espadillón y defiende de nuevo el galeón en mitad de la tempestad .
" Dos se han dado a la fuga heridos leves y arrepentidos, uno cae muerto a mis pies, otro pide clemencia entre sollozos al justiciero capitán".
A todo esto la hermosa soberana sin corona, aguarda desde la torre blanca de la estancia con infinita paciencia que se desarrolle la cruenta batalla, percatada de que cualquier salida de tono propiciaría un duelo, su Reina Regente de Corazones ( ahora Marta), con mando interino de comandante, vela contemplando con expresión de sorpresa caídas las dos litografías de Dalí de la pared, el galán de noche con la ropa del día siguiente hasta entonces púlcramente preparada y a la gata "Campanilla", alucinada mirando a Josete mientras maulla intrigada a sus pies.
Ella con admiración cuida que el pinturero marinero de brisa huracanada no se lastime ante cualquier peligro de sus abruptos movimientos mientras repara amorosamente el entuerto.
"Capitán ¿vuelves al camarote?,... pronto llegaremos a buen puerto.."
Normalmente al oír éstas palabras, el capitán retorna al lecho mientras musita entre dientes.........
Majestad, ¿sois vos?.
"Y del trueno Al son violento,
Y del viento Al rebramar,
Yo me duermo Sosegado,
Arrullado Por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
Que es mi dios la libertad,
Mi ley, la fuerza y el viento,
Mi única patria, la mar". (J. Espronceda).

Marta sabe que se trata de un trastorno benigno, producido por el strés, falta de sueño o un ligero estado febríl que seguramente remitirá solo con periodos de descanso normal, aunque Josete luego no recuerde absolutamente nada, nada de nada a la mañana siguiente. A ella también le sucedía, solo que en su caso se disipó con la edad, incluso gracias a eso se conocieron años atrás en......Sonámbulos Anónimos.













....Les rogó Peter Pan-. No os hagáis mayores nunca. Aunque crezcáis, no perdáis nunca vuestra fantasía ni vuestra imaginación. De ese modo seguiremos siempre juntos.
- ¡Prometido! -gritaron los niños mientras agitaban sus manos diciendo adiós.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Crecer? No, gracias!!! Que te haces "adultero"

Anónimo dijo...

Pues a mi tampoco me gusta crecer, si eso supone perder la fantasía, la risa y los sueños.
Estupendo relato como de costumbre.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Como te lo curras...

Hasta otra!

Óscar Sejas dijo...

Es díficil crecer sin renunciar a los sueños, es díficil seguir soñando con bucaneros y con repartir justicia cuando lo que vives cada día ni de lejos es justo y a cada paso que des en falso te asaltan y cercenan tus alas.

Quizás si hoy Peter Pan volviera a buscarnos sería consciente de que lo hemos traicionado y hemos crecido, hemos dejado de imaginar mundos mejores, de soñar con paraísos desiertos.

Sin embargo de vez en cuando durante la noche nos asaltan los viejos recuerdos y saltamos de la cama clavando nuestra espada sobre el aire, soñando que cruzamos los mares y apresando malandrines.

Creo que queda patente que tu historia me ha encantado.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Aii q he llegado a tu space y pensaba q tu texto de esta semana era una foto! jajaj entonces me he dado cuenta de que habia un enlace y tengo que decirte algo, no te perdono que no hayas puesto a Will Turner y sí a Jack Sparrow... pero bueno, no me enfado mucho pq me ha gustado mucho tu historia!! :p

besitoss ;)