lunes, 27 de agosto de 2007

CUENTACUENTOS XXIII - EL SECRETO DEL TUAREG






El hombre de negro huía a través del desierto y el pistolero iba en pos de él.

Era comprensible que estuviera disgustado, púes Asira le había robado su mejor camello en sus propias narices de un brinco mientras regateaba el precio de los dátiles ya cargados.

Las dos primeras balas pasaron silbando muy cerca a ambos lados, pero la distancia se hizo mayor y las demás quedaron encalladas en la arena sin alcanzar el objetivo por mucho que aquél tipo elevara sus alaridos agitando los brazos y blasfemando de rabia.

Vació el cargador inútilmente y siguió corriendo hasta que sucumbió al implacable mediodía del sahara. Aquél gordinflón de largos bigotes y pelo pajizo, al que en esos momentos su grandeza no era de gran ayuda, ya no gritaba, quedó tumbado en la duna agotado y enrojecido presa de la insolación y su propia ira, mientras Asira huía veloz como un pájaro.

Había llegado al amanecer a la Ciudad Turquesa (llamada así por el color de los tejados de sus casas), para buscar esposa y al oír hablar del sultán cuyas tres hijas eran de belleza e inteligencia singular, se decidió a pedir la mano de alguna de ellas.
El sultán que en ese momento se encaminaba hacia el zoco, apartó de un empujón brusco al beduino sin siquiera escucharle, diciendo que se alejara de aquella ciudad o haría que le azotaran a latigazos por insolente.

Aquello le lleno el corazón de rabia, pero se dijo " lo lograrás, podrás si tienes fe", aunque aquellos no eran buenos tiempos para la esperanza.

Pasó la noche en un oasis cercano desde donde observaba como la ciudad iluminaba en ambar el crepúsculo, acompañado de sus propios pensamientos, el alma vacía y la mirada perdida disfrutando los dátiles cedidos por su terco y obstinado adversario.

Al atardecer volvió y se sentó junto al frescor de una fuente a tomar té cuando vio a aquellas damas que por su belleza brillaban como diosas, pero discutían como fieras.

El sultán al morir, ordenó que se distribuyeran sus camellos entre sus tres bellas hijas de la siguiente forma:la mitad para la primogénita,una cuarta parte para la segunda y un sexto para la más pequeña.

Pero resulta que el sultán tenía once camellos, con lo que el reparto se hizo realmente difícil, pues no era cosa de descuartizar a ningún animal.Las tres hermanas estaban discutiendo, cuando vieron llegar a un apuesto tuareg, famoso por su sabiduría, montado en su camello.

Le pidieron consejo y éste tras pensar durante unos instantes dijo:- "Si vuestro padre hubiese dejado doce camellos en vez de once no habría problemas.

".-Cierto, pero sólo tenemos once- respondieron las hermanas, a lo que el tuareg contestó:- "tomad mi camello, haced el reparto y no os preocupéis que nada perderé yo en la operación.

Aportó su camello e hicieron el reparto 6 para la mayor, 3 para la mediana y 2 para la pequeña (11). Efectivamente todos quedaron contentos pues sobraba el camello del ingenioso tuareg de nuevo y nadie perdía.

Las bellas princesas quedaron anonadadas del buen corazón de Asira.

De ellas nunca se supo. Cuentan que fueron camino de la Rosa del Desierto perdidamente enamoradas del enigmático nómada que allí ocultaba un gran tesoro y donde vivieron felices escuchando la magia de las dunas. (La arena, que cuando cae lentamente por las hermosas colinas en movimiento emite una música que igual asemeja el murmullo suave de un vuelo rasante, que el tarareo de una dulce melodía).

Aunque otros afirman que todo fue un engaño y que Asira tenía todo un harem de embobadas y bellas princesas.

Tan sólo se encontró una nota en donde podía leerse:

Son tus ojos, vida mía,
el calor de mis noches y el calor de mis días.
Son tus ojos, vida mía,
mi mayor inspiración para hablar de poesía.
No me cortes las alas que me diste, vida mía,
al mirarme dulcemente cuando creí que moría.
Tus ojos me dan vida, tus ojos son mi vida...


13 comentarios:

Pedro dijo...

¡Aja! Ya sabía yo que Asiria escondía algo...:D

Bien llevado lo de introducir la adivinanza de la semana pasada. ¿Te gustan las historias del desierto? En cierto modo me has recordado las mil y una noches, incluso has dejado el final abierto ¿Seguiras la semana que más aventuras de Asiria? En fin, tendremos que esperar para ejecutarte ;)

Un abrazo,

Pedro.

Anónimo dijo...

No sabría qué decirte...
Me parece que no he llegado a coger bien la historia, quizá tendría que haber sido más larga explicando las cosas con más detenimiento.
Quizá está echo así adrede... no sé, no sé, me ha parecido como un visto y no visto.
¡muaks de chocolate!

Pugliesino dijo...

Y es que la sabiduría se viste de azul en el Sáhara. Aunque creo que mas bien se aprovecha el buen tuareg de las princesas :)
Gran composición y combinación de texto e imágenes, el color de las palabras, un viaje en el tiempo a tierras de leyendas, que afortunadamente aún siguen conservando su misterio y encanto.
Y ese Pedro traviesín xD jajaja que es Asira!! :p
Un abrazo!

alguien dijo...

Hola!! Otro que te lee esta semana, jajaja. Sí, recuerda a las leyendas de las 1001 Noches, aunque, como han dicho por ahí, me ha parecida algo forzada la manera de enlazar algunas partes. Ya conocía de antes la adivinanza, jeje. Por lo demás, genial sobre todo el final.

bss, hasta otra!

Anónimo dijo...

Anda!!!! Has utilizado mi poesía para terminar tu relato!!! Jooo... Toy toa colorada... De verás te ha gustado tanto como para ponerla ahí??

Ainsss... Me he quedado sin que decir...

Me gusta mucho tu relato y eso de colocar el anterior ahí en medio... Es una pasada...

Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

Queralt dijo...

¡Lo sabía! ¡Lo sabía y lo sabía!
Ya te dije la semana pasada que si este tuareg no pretendía quedarse con las tres hermanas... jejejejeje
Sabía que detrás del tuareg había tomate... jejejeje
Bueno, algunas frases que has escrito son una verdadera maravilla y algunas descripciones, fantásticas. Me ha gustado mucho lo que he leído y me ha hecho gracia que los relatos se interrelacionaran. Buen recurso y bien conseguido.
Al final, quiero que me digas si es tuya la poesía o el párrafo final pues, con tu permiso y haciendo constar la autoría, me gustaría usarlo en un blog que tengo por ahí, muy secreto... jejejje

Licor de cerezas y un beso.

Queralt.

Laura Luna dijo...

Me ha gustado mucho el ambiente, tan exótico ;) Sin embargo, hoy toca collejón :P Hay partes enlazadas muy bruscamente, igual deberías desarrollar un poco más la historia, pero sólo es una opinión :$

¡Ánimo!

Un beso,
Mun

Anónimo dijo...

me he perdido un tanto(mi vista en recuperación no ayuda).
Sin embargo, hay pasajes que me resultaron muy bellos.
Dejame descansar los ojos y volveré a releerlo.

Un beso desde el sur

El mundo de Yas (Andrés) dijo...

Puessssss......

Debe ser que ando empanado perdido, que seguro que es que si, pero si tiene moraleja nola he pillado.... la historia muy bonita, un cuento de esos de final feliz de un super hombre (principe del desierto) con las hijas del malvado rey....

Bueno, es una humilde opinion de uno que no tiene mucha idea, asi que no hagas mucho caso.

Mundoyas.

Klover dijo...

En mi opinión te vas mejorando...^^ (aunque sea cierto lo del "roto" en medio del texto ^^) Se nota que pones mucho más "tuyo"...y hay fragmentos muy bellos. Pero lo que más caracteriza a tus relatos son las imágenes ^^

Un besote! A ver si un dia sin sueño descodifico el texto pasado que en gijón no pude...

Saphira Halliwell dijo...

Que bonito el blog y que personalizado ^^
Enhorabuena ^^ un besito

El Pistolero dijo...

Lei el relate hace dos días y mi ordenador se bloqueó cuando ya había escrito el comentario y le daba al botón...

Me uno a mis compañeros, es decir, me ha gustado la ambientación, el aroma de Arabia que nso traes esta semana, y sin embargo me falta algo...sí que hay un pequeño salto al unir dos historias un poco separadas, no sé. Será que las dos veces que lo he leido ha sido a horas intespestivas y no estaba para mucho pensar. Sí te digo que me ha gustado como has tratado mi frase, aunque estoy seguro de que puedes darle más profundidad, otras veces lo has demostrado...

Un beso!

Anónimo dijo...

Creo que te atrae el mundo árebe tanto como a mí.
La historia es preciosa y hasta se puede oler las especias que proporciona tonto misterio y encanto a esta forma de vida.
Te diré un secreto, siempre me ha puesto los hombres con esas vestimentas. Creo que terminaré yéndome a un harén.
Un abrazo y sigue que me encanta!!!