sábado, 14 de julio de 2007

CUENTACUENTOS XIX - LA FÁBRICA DE SUEÑOS



La fábrica de sueños cerró por vacaciones un par de semanas para su limpieza, realizar pequeñas reparaciones y encalar sus blancas paredes como cada año.
Para Roberto suponía un autentico drama, parecía detenerse el mundo, aquellas eran las dos semanas más grises de su existencia. Todo carecía de sentido y alegría, quedaba sumido en el desconsuelo hasta que todo retornaba a la cotidianidad.
En realidad, se sentía muy afortunado por despertar con la sinfonía de perfumes que entraban por su ventana acompañando al aire puro de la montaña. Mezclas transportadoras al Edén. Bálsamos suaves y dulces a pastel recién horneado, que le hacían levantarse presuroso y lleno de optimismo cada día.
La cremosa y dulce fragancia de la mantequilla fundida entremezclada con la de la vainilla pura, el cálido y delicioso olor del chocolate o el aroma de la manzana combinado con canela en rama en su justa proporción.
Saltaba de la cama, tras ducharse y vestirse a toda prisa, corría escaleras abajo cartera al hombro.
Dando los buenos días impetuoso, entraba por aquella pequeña puerta metálica a la que no todos tenían acceso al mundo mágico donde sabían mezclar la repostería con el arte, donde se respiraba la esencia a vieja pastelería amasada generación tras generación por manos artesanas.
El obrador estaba enfrente de su casa, y eran buenos clientes, por eso tenía un privilegio otorgado, digno de Hansel y Gretel .
"¿Que quieres hoy?".
Echaba un vistazo deleitándose entre suspiros de harina y azúcar a las bandejas con los ojos como platos.
Las espectaculares tartas con brillantes y llamativas frutas, toques de uvas, jugosos melocotones, grosellas o fresas. Los pequeños y delicados pasteles recién elaborados, las magdalenas y rosquillas que luego comprarían para merendar. Un desfile de colores y esencias que le hubieran abierto el apetito a cualquiera.
"¡Ummm! ese, hoy quiero ese", decía husmeando entre croisants, suizos y bizcochos de limón.Casi siempre el elegido era la especialidad de la casa, una torta con cuatro guindas sobre una base de crema de vainilla ligeramente impregnado de una capa de almíbar .
Cogía su botín aún caliente y satisfecho recorría medio pueblo, hasta llegar a la repostería donde observaba el delicioso escaparate durante unos minutos, luego seguía calle abajo camino del colegio degustando su tesoro. Casi siempre llegaba tarde....
En pascua era cuando el retraso alcanzaba su máximo esplendor.
Era debido a que al igual que el paisaje, el escaparate se vestía de primavera. Explotaba en colores y formas, con huevos y esculturas de chocolate, buñuelos y torrijas, que hacían las delicias de los más golosos, algo irresistible para la mayoría de los mortales y para él una cita maravillosa con la que despertar cada día.
"La fábrica de sueños cerró por vacaciones"... dijo con tremenda tristeza mirando melancólico por la ventana.

"Sólo serán quince días " - contestó su madre, sonriendo mientras intentaba consolarle, "verás como pasan rápido, además hoy prepararemos bizcocho y trufas,..¿ Qué te parece?, ¡tal vez algún día llegues a maestro repostero...!
Por fin una sonrisa afloró en su cara mientras asentía.

Aquél sería el primero del resto de sus días....
Unos años más tarde, cuando se vio suficiente-mente capacitado, con sus primeros ahorros decidió abrir su propio local de delicateses y dulces pastelitos ( La fábrica de sueños ), en París, donde entre butacones blancos y generosamente iluminados, centenares de dulces esperan cada mañana preparados cuidadosamente.

El arte en vivo entre sinuosas curvas de nata y trufa, frutos rojos y biscuit, a cuál con mejor pinta donde es difícil de elegir uno mejor que otro para disfrutarlo acompañado de un delicioso y cremoso capuchino. Pastelería de diseño contemporáneo capaz de enganchar al mejor paladar.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Entre las fotos y las descripciones has conseguido que se me haga la boca agua!! Madre mía...

Con este cuento me has recordado mucho a un amigo.

1 besito

Carabiru dijo...

Dios, se me ha hecho la boca agua, cada cosa que nombrabas, ha evocado su olor en mi mente, y ahora tengo un hambre que no veas!!!

Te parece bonito? jajjajaja

Salu2

Anónimo dijo...

pero qué asco daaaaaaassssssssss!!!!!
ahora me apetece muchísimo algo dulce y no pienso salir a la calle mayor a comprar nada... jooooo qué bien lo has explicado todo!!! increíble...
sólo una pequeña cosita, no sé si lo habrás hecho adrede, pero sommeils en francés quiere decir "tener sueño" rêves son sueños. Y fábrica se dice usine, fabrique sería como un verbo...
espero que no te moleste que te diga esto... :S si te molesta, no era mi intención!
besos de dulces que hoy no comeré :P

Laura Luna dijo...

¡Joía! ¡Que estoy a pseudo-dieta! Muy buena descripción de estos manjares :D Eso sí, deberías separar un poco mejor los párrafos, o bien con un sangrado o bien con una línea en blanco entre ellos.

Pero aparte de este detalle, me ha encantado. No es nada fácil provocar hambre al lector.

Un besote, mientras lucho contra mis ganas de atracar la pastelería de debajo de mi casa.

Mun Light Doll

Anónimo dijo...

Dejo de lado la maravilla de las descripciones. De la manera que este fluye.
Por sobretodo, tengo que agradecerte. Me has llevado-Traído, mil recuerdos de infancia. Además, como suele pasarme con muchos de los Cuentacuentos, me llevaste por lugares donde sin duda habrán transitado mis bisabuelos y mis abuelos. Esos que no conocozco pero intuyo.
Aquí, en el sur de América, muchos de eso aromas aun permiven por ellos. En la panadería de mi barrio, la misma de cuando era pibe(niño), siguen estando. sus dueños de dónde son? Sí, de las Españas.

Qué más decirte.

Te dejo un beso con dulce de leche argentino. Pero hecho por españoles.

Anónimo dijo...

Se me hizo la boca agua. lo has contado muy, muy sabroso. gracias!
un abrazo

tormenta dijo...

mmmmmmmm jo que hambre... esto no se hace a estas horas, tendré que conformarme con mi café con leche y mi donuts :(
estupendamente descrito nena.
un beso hambriento ^^

JT dijo...

Vaya, no me esperaba para nada esa temática. Ahora cada vez que diga "¡Dulces sueños!" me acordaré de este relato.

Me has hecho ver maravillas, eres genial describiendo.

Óscar Sejas dijo...

Se me ha hecho la boca agua mientras leía...¿puedo coger uno de esos pastelitos? ais ais ais tanto dulce y yo con el estómago vacío jejejeje.

Me ha gustado, tan bien relatado como siempre.

Un abrazo grande.

Pedro dijo...

¡Salivando! Salivando me has dejado. Te haré una confesión, yo hubiera escogido unas esponjosa magdalena.

Muy bueno, me he visto en todos esos dulces ¡Vaya descripción! :)

Un abrazo,

Pedro.

Pedro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Klover dijo...

¡Esto no lo puedes hacer! ¡¿tú sabes el hambre y las ganas de dulce que me han entrado leyendote? XD Dejo como sugerencia que a todo el que te comente...le obsequies con uno de esos bollitos especialidad de la casa...

¡Qué triunfador el prota!¡Una pasteleria nada menos que en París!

Me dejaste unas preguntillas, no se si eran para responder o solo las dejaste caer por poner algo jajaja XD pero yo te las respondo de todas formas: los sueños son siempre agradables ya que la mujer las elabora especialmente para cada persona en concreto y tiene muy en cuenta sus gustos y forma de ser...no existe contradicción...la única pega es tener que depender de las pastillas por no poder soñar de forma natural..y tener que vivir sin sueños si por lo que sea (como sucede en el cuento) no te hacen llegar pastillas...¿el precio? tendría que consultarlo con la mujer de ojos grises...si te interesa lo hago...y seguro que tienes descuento por ser cuentacuentos XD

Bueno que me estoy enrollando...
Un besito...
Hoy más que nunca...un cuento muy "dulce"

Pugliesino dijo...

Tarde como el conejo en el país de Alicia llego a leeros, a leerte, dándote las gracias de antemano y con tu permiso quedándome pero sin sentarme en aquellas sillas no dudo que cómodas pero es que prefiero recorrer casi deteniéndome en esta fábrica si acaso de sabores,de formas,de colores,que es tu relato.Como esa mirada que acapara todos y cada uno de los dulces tras el escaparate son tus palabras,tu narración que nos lleva, y mas a estas horas de la tarde por un apetitoso tour delicioso! mmmmm!
Chapeau por tu historia, no solo por el relato sino por la disposición de las imágenes y su contenido acompañando en todo momento a las palabras.
Un abrazo!